martes, 19 de mayo de 2009

Peldaños del cielo

Sergio Antoniazzi


En una tarde, un hombre pasa en frente a una catedral y ve un niño acostado en los peldaños de la iglesia. Indignado, el hombre sube por la escalera y se detiene donde el niño duerme. Después, camina hacia las puertas de la catedral. Cuando entra en la iglesia, sus ojos miran el Cristo crucificado en el altar. La imagen del niño está en su mente, al mismo tiempo en que mira el niño Jesús en el pesebre. ¿Cómo creer en aquél Salvador? – se pregunta.

El hombre busca al sacerdote, lo cual aparece de una puerta lateral y queda de rodillas delante del altar, y cuando este se coloca de pie y se vuelve, se encuentra con los ojos del hombre.

_ ¿Lo que desea, hijo? _ Le pregunta el sacerdote.

_ ¿Padre, cómo Dios es capaz de dejar uno de sus niños inocentes dormir en este frío en la puerta de la iglesia, será que Él no puede enviar a alguien que se preocupe con este niño?

_ Él ya lo hizo _ contesta el sacerdote.

_ ¿Deveras? ¿Quién?

_ Estoy delante de él... usted...

Generalmente, las personas, cuando miran las injusticias de este mundo, preguntan donde está Dios, y no entienden que Él siempre está presente, pero no lo buscan, y lo peor es que atribuyen a Dios todo el mal en que solo hay un responsable, o sea, el propio hombre.

Dios nos ha dado el libre arbitrio para escoger entre el bien y el mal, ¿y cuál ha sido la nuestra alternativa?

Antes de decir que “Dios no hace nada”, es mejor preguntar lo que nosotros estamos haciendo.

Job también preguntó donde estaba Dios, y el Señor contestó con una pregunta: “¿Quién eres tú para dudar de mi sabiduría?”

No es Dios que se aleja del hombre, si no que es el hombre que se aleja de Dios.

Muchas veces buscamos a Dios en todas partes, cuando simplemente Él está dentro de nuestro corazón.

sábado, 2 de mayo de 2009

La persona más vieja del mundo

El consultor del Guiness Book, del libro de los récords, Robert Young, entregó un certificado de “la persona más vieja del mundo” a Gertrude Baines, en el Hospital Western Convalescent, en Los Angeles. Gertrude recibió el título durante la fiesta de la celebración de sus 115 años de vida.

No es muy común una persona vivir más de un siglo de edad, aun en el caso de Gertrude Baines que superó los 110 años. La Ciencia ya afirma que, con el desarrollo de la medicina, será posible alcanzar los 120 años.

En el inicio del siglo 20, la expectativa de vida del hombre era de 50 años en todo el mundo. La longevidad no tiene que ver solamente con que la Ciencia puede hacer, pero también con las condiciones sociales y económicas.

La Ciencia es capaz de hasta prolongar la vida, pero no hay como evitar la muerte, pues es una realidad inexorable.

Curiosamente, las Escrituras Sagradas dicen que Dios permitió al hombre vivir hasta los 120 años. Josue, por ejemplo, vivió 120 años. Hubo un tiempo bíblico en que los hombres podrían vivir centenas de años. Matusalén, es el hombre que más tiempo vivió en la tierra casi alcanzó mil años.

La preocupación es con la calidad de vida y no simplemente con la cantidad de años Y para esto, Dios orientó el hombre con muchas instrucciones de salud y higiene; consejos para que el hombre evite una vida sedentaria; y especialmente el crecimiento afectivo emocional y espiritual. “Ni solo de pan vive el hombre, pero si de toda palabra que venga de Dios”, dice Jesús.

Uno de los frutos del Espíritu Santo es la temperancia, ¿y que significa esto? Si la persona desea tener una vida larga, hay que ser temperante, o sea, moderado en el comer, beber y en todas las cosas que hacen parte de la vida.

El libro de los Proverbios enseña que el hombre justo ante Dios vivirá más, y es el único mandamiento acompañado de una promesa “honrar padre y madre”, pues este es el deber de todo hombre, “y tendrán vida larga en la tierra”-

La cuestión no es cuanto tiempo vivir, si no para qué vivir, lo más importante es vivir una vida con integridad y cumplir la ley máxima del Señor Jesús que reunió los 10 Mandamientos en “Amarás a tu Dios de todo el corazón y al prójimo como a ti mismo”.

En la vida hay que tener un propósito, y el mayor de ellos, sin duda, es hacer el bien al semejante, este es el gran sentido de la vida y el secreto de la felicidad. Muchos dicen que no hacen mal a nadie, pero tampoco afirman que hacen el bien.

Otros dicen que tienen fe, pero ¿donde están las obras?, pues la fe sin obras está muerta, como está en la Palabra de Dios.



Aunque con todas las filosofías humanas, el Cristianismo no solo nos presenta el sentido de la vida, los ideales de fraternidad, como afirma que el sueldo del pecado es la muerte, pero el don gratis de Dios es la vida eterna. No importa cuantos años el hombre habrá vivido, él puede nacer de nuevo, como dice Jesús a Nicodemus. Nacer de nuevo para la gloria de Dios. Y el mismo Jesucristo prometió: “Yo vine para que todos tengan vida, y vida en abundancia.

¿Lo que son 120 años comparado a una eternidad?

Piense en esto.